Disney tiene algunos años mostrándonos un nuevo modelo de Princesas (tema del que he hablado previamente), se trata de mujeres con un perfil adaptado a la sociedad moderna que lucha contra el machismo y la violencia de género.
Retomando este tema, Moana merece una mención especial. Pero vayamos por partes.
CUÁN LEJOS VOY
Desde pequeña, la protagonista tiene el espíritu de aventura que caracteriza a Bella, tiene un padre sobreprotector y una abuela loca que la anima a seguir sus sueños, esta combinación hacen de ella una mujer fuerte que también duda de sus decisiones, características muy “humanas” para un personaje ficticio. Moana no es sólo una princesa, es una adolescente con sentimientos, dudas y sueños, como cualquier persona, cualidades que la hacen extremadamente especial para el público infantil al que está dirigida.
Su aventura comienza al morir su abuela, no es raro que suceda de esta manera; está enfrentando su duelo haciendo lo que ella le animaba a realizar y vemos que a lo largo de su aventura siempre tiene a su pueblo en la mente, pero su abuela es su estandarte. Es por ello que más adelante, cuando piensa en regresar, su abuela es quien aparece ante ella para recordarle quién es y donde está parada.

SIN ROMANCE, DE NADA
El semidiós Maui es el compañero de viaje imperfecto para Moana, funge como Virgilio en el Infierno, sólo un guía que muestra el camino hacia el destino final.
Si pensamos en la mayoría de las personas que entran a nuestra vida comprenderemos que este papel es común, él es esa persona que no te hace las cosas más fáciles, pero te acompaña y está listo para ayudarte cuando lo necesitas, aunque también él vive su propio proceso para al final llegar a ser este tipo de compañero.
En un inicio, Maui es el ególatra narcisista por excelencia, incapaz de ser desinteresado, pedir ayuda o reconocer el esfuerzo de los demás. Representa la primera prueba de Moana: el hombre que ataca su autoestima, resaltándole sus debilidades y burlándose de sus sueños. Maui no cree que Moana pueda vencer a Tefiti pero irse con ella es su única opción para salir de la isla.
La transformación que sufre Maui es gracias al amor, un amor de amistad que surge entre ambos. Después de la primer batalla con Tefiti se da por vencido, casi pierde su gancho y él no tiene ningún motivo para pelear contra ella. Se va, pero probablemente algún pensamiento lo hace detenerse, por primera vez deja de pensar sólo en él, deja el ego de semidiós que lo llevó siempre a tomar decisiones erráticas y regresa a ayudarla a Moana, sabiendo que eso lo podría llevar a su propia muerte.
Es muy probable que aún cuando regresa, Maui siga sin creer que vencerán, sin embargo elige tener fe y por primera vez toma la responsabilidad de sus actos, acepta su error y lo falible de su ser. Indudablemente tiene temor de Tefiti, aunque esta vez es diferente y elige poner su vida en las manos de Moana, al final de cuentas eso es la confianza: creer ciegamente en alguien que puede fallar pero elegimos estar de su lado, de esta manera funciona la amistad.

YO SOY MOANA DE MOTUNUI
Probablemente Moana tiene las canciones más fuertes de todas las cintas animadas de Disney, la música es muy parecida en toda la travesía pero los altibajos llenan de una manera muy especial cada escena.
“A veces con todo en contra, la historia te va a marcar”... La canción que canta con su abuela es un insight a ella misma, no entra al mar por el corazón, entra a sí misma a buscar lo que necesita para seguir, recuerda a su pueblo que la espera y recuerda por qué está ahí, es en ese momento donde se da cuenta de la responsabilidad que tiene en sus manos.
Grita “Yo soy Moana” sola, en medio del mar, porque es ella quien necesita recordarlo, en este sentido todos necesitamos reconocer nuestras fortalezas y debilidades si queremos triunfar sobre algo donde ambas saldrán a relucir.
Ese grito es el momento en que la princesa se empodera, no importa que esté sola, luchará contra Tefiti, no porque tenga la fuerza, es porque tiene el valor de hacerlo, su “por qué” es más fuerte que cualquier temor, ha recordado quién es y está dispuesta a no darse por vencida porque su pueblo y su familia la esperan.
Cuando Moana se da cuenta que Te Kā es Tefiti ardiendo de coraje, deja de mirarla como el monstruo que creía que era y, al cantarle, de manera simbólicamente le está diciendo “sé quién eres, sé qué te hicieron, entiendo tu dolor pero decide quién quieres ser”. Por primera vez alguien mira a Te Kā como el ser que realmente es y le da una alternativa que nadie le había dado antes, la oportunidad de cambiar.
No es casualidad que Te Kā sea la última prueba, la isla madre que dejándose llevar por su odio y coraje se transformó en fuente de destrucción, también necesita que alguien le recuerdo quien es. Después de que Moana le entrega su corazón, Tefiti deja de arder y empieza a florecer de nuevo.
Al final, Moana regresa a casa triunfante y más allá de haber ganado la batalla, demuestra su fortaleza, inteligencia e independencia por la que siempre luchó.
Definitivamente Moana es una película feminista desde la verdadera búsqueda de identidad e independencia más allá de la vida familiar y en pareja, es una película que le recuerda a cada mujer el poder de sus decisiones aún cuando pueda llegar a encontrarse sola.
