Hollywood sigue sin entender a los Cuatro Fantásticos. El equipo Marvel que vive las aventuras más increíbles de todo el panteón de superhéroes estrena este fin de semana una de las películas del género más aburridas en lo que va de este siglo.
Josh Trank presenta una historia de origen que alarga durante tres cuartas partes de la película, buscando cimentar unos personajes que no te pueden interesar menos gracias a las sosas actuaciones de Miles Teller, Michael B. Jordan, Kate Maara y Jamie “Billy Elliot” Bell – quienes tienen de fantásticos lo que Stan Lee tiene de humilde.
Plagada de escenas largas y tediosas, el director logró incluir cuatro montajes (CUATRO) de un grupo de nerds pensando – ¿recuerdan esa escena de The Big Bang Theory en la que Sheldon y Raj buscan solucionar una fórmula, y de fondo se escucha Eye of the tiger? Igual, pero sin ser gracioso.
Siguiendo la escuela de Christopher Nolan, Trank confunde depresivo con realista y vemos una versión dividida del cuarteto, que más que familia parecen compañeros de prisión que tienen que ser amigos porque no les queda de otra.
También alcanzó a incluir todos los clichés que pudo encontrar: adolescentes con problemas paternos; gente que antes de morir alcanza a decir ‘el tesoro está escondido en… agh’; el accidente que dará a luz al villano; la cuota de género que sólo está para verse bonita (y en este caso ni lo es tan tanto) y la solución mágica a todos los problemas que parece que ayuda a olvidar la muerte y destrucción que acaban de vivir.
Los efectos especiales se cuecen aparte, porque parece que se gastaron todo el presupuesto en La Mole y la Antorcha Humana. Por un lado tenemos al mejor Thing, y del otro al Hombre Bicentenario envuelto en Ooze ¿cómo, que eso es Doom? Que Dios nos agarre confesados.
Además, la partitura juega en su contra durante toda la película, parece que tenían a algún becario de la escuela de música jugando a ser Danny Elfman.
De poco ayudaron Mark Millar y Bryan Hitch como consultores. La cinta está claramente basada en Ultimate Fantastic Four, cuya historia no figura entre las mejores de los Fantásticos.
Nada tiene que ver que la Antorcha Humana sea afroamericano o que Reed Richards sea más alto que Ben Grimm; no afecta que Víctor Von Doom sea un don nadie o que Susan esté de adorno. Nop, el problema es que Los 4 Fantásticos es una película aburrida, y ese es el peor pecado que puede cometer una cinta basada en superheroes.