Wonder Woman, de Patty Jenkins, fue una película que causó todo tipo de reacciones en 2017. Una de las más comunes fue negar su impacto como personaje femenino y lanzar listas de protagonistas cool que precedieron a Diana, con Ripley (Alien), Sarah Connors (Terminator) y The Bride (Kill Bill) a la cabeza, y en ocasiones, rascando el fondo del barril, incluir a Xena, la princesa guerrera, o a Buffy, la cazavampiros.
Sin embargo, analizando los arquetipos femeninos más directos a la versión cinematográfica de la Mujer Maravilla, yo diría que más allá de las heroínas del celuloide que todos mencionan, Diana nace de Clarissa, el personaje de Nickelodeon inmortalizado por Melissa Joan-Hart en los 90.
Aguántenme las carnitas, que esto va a costar un poco de trabajo de explicar.

EXPLICANDO A CLARISSA
Primero, para los que no sepan de qué hablo, Clarissa es protagonista de una serie noventera (estrenada en el 91 y cancelada en el 94, aunque en México se transmitió por ahí del 98, en ambos casos por la cadena Nickelodeon) llamada Clarissa lo explica todo, que trataba del día a día de una adolescente de clase media en Gringolandia.
No recuerdo la edad del personaje pero imagino que estaba en la prepa (o High School, que realmente no es lo mismo). Era interpretado por Melissa Joan Hart quien se haría aún más famosa interpretando a Sabrina, la bruja adolecente.
El resto del cast consistía en su familia: Fergusson, un hermano nerdo y snob que servía como una especie de antagonista (aunque no necesariamente un villano); sus padres Marshal (un arquitecto perfeccionista) y Joan (obsesiva de la vida sana); y su mejor amigo Sam, quien solía entrar por la ventana de su cuarto.

PERSONAJES PARA TODOS LOS GUSTOS
Hay algo en la trinidad más famosa de las listas de “personajes femeninos fuertes” (Ripley, Connor, The Bride) que no termina de cuadrarme. Simplifiquémoslo a “bien podrían ser hombres y ya”. No estoy negando su importancia en la mass media, pero no creo que su relación con personajes femeninos shidos sea TAN directa.
Buffy Summers es un antecedente más directo a la Wonder Woman de Gal Gadot y Patty Jenkins. Y al analizar a la Cazadora en oposición de, por ejemplo, Xena, es donde me cae el 20 de que ahí hay cierto arquetipo poco señalado: Un personaje femenino que no parece ser 100% la fantasía de un hombre y no podría ser fácilmente cambiado por un personaje masculino sin que la historia se vea afectada.
Buffy es un personaje femenino que patea traseros y cumple con ciertos elementos de “fantasía masculina” (y muy probablemente es producto de las fantasías específicas de su creador Joss Whedon), pero que también toca temas que a mí se me escapan como hombre hetero miembro del Heteropatriarcado Opresor (hay junta la próxima semana).
Si bien la Caza-Vampiros le debe cosas a personajes como Rippley (después de todo, Ripley es la original “¿y qué tal si la VÍCTIMA DEL MONSTRUO resulta ser LA CAZADORA?”), no es 100% una iteración ni modernización (para finales de los 90) de nuestra caza aliens favorita. Porque Buffy no sólo bebe de los estereotipos del género de acción-aventuras, también busca ser un personaje dirigido a un público femenino, de ahí su inspiración en estereotipos de programas girly como Clueless.
Y si nos vamos más para atrás ¿Cuál es el PRIMER personaje femenino protagonizando una serie “Gender neutral” (no dirigido a un demográfico de género especifico)?: Clarissa Darling (o eso es lo que nos dicen las wikis).

EL ARQUETIPO DESEADO
Si nos ponemos a verlo, comenzamos a desentrañar el patrón: ¿Recuerdan a Alex Mack o a la segunda Pink Ranger? Si la respuesta es sí, ya saben a qué me refiero. Si no, mi punto es sencillo: Una chava tomboyesca que es bonita pero en lugar de vestidos usa pantalones, gorras o ropa más apta para escalar montañas que para ir de compras al mall con las Mean Girls.
Clarissa es la primera versión de este arquetipo en la Mass Media. Y más importante, a pesar de ser un personaje femenino que no busca definirse por su interacción con los hombres tampoco intenta salirse de los estereotipos románticos ni subvertirlos por completo.
Si se acuerdan de la serie, busquen en su memoria el capítulo en el que Clarissa y su amigo Sam INTENTAN tener una relación romántica. Terminan el capítulo con un encogimiento de hombros y una serie de anécdotas graciosas sobre como NO TIENEN QUÍMICA y su relación no es más que pura amistad.
Desde la primera mitad de los 90 Clarissa ya nos estaba explicando que “la Friendzone” no existe, se llama “meh, nos caemos bien pero pues no hay chispa romántica” ¡AÑOS ANTES de que esa serie de seres horribles llamada “Friends” inventara el tan nocivo término!
En fin, que si están desesperados por gritar “Nu zierto. Wondy no es el primer personaje Shido”, les sugiero que antes de pensar en Ripley o Sarah Connors enlisten a Katnis, a Buffy y a Clarissa como los antecedentes de una heroína que no tiene miedo de patear traseros, decir algún comentario feminista y después caer en algún cliché de novela romántica.
Clarissa YA NOS LO HABÍA EXPLICADO TODO.

COVACHA FACT
Hubo un piloto para un spin off de la serie que continuaba la historia donde quedó la serie de Nickelodeon (con Clarissa yendo a Nueva York para seguir su sueño de ser reportera); la serie nunca se hizo y el piloto no tuvo buen recibimiento cuando se transmitió años después en Nick.
Pero eso no detuvo al creador de la serie, Mitchell Kreigman, para seguir su sueño de darle una “continuación” a la historia. En 2015 publicó una novela llamada “Things i can´t explain” con una Clarissa en sus 20s tardíos hablando de los problemas de la vida adulta.
TEXTO PUBLICADO ORIGINALMENTE EL 23 DE MARZO DE 2018.