Los mundos fantásticos del cómic, la televisión, el cine, la literatura y la pintura han visto nacer un sinnúmero de criaturas que para muchos se han convertido en los instrumentos sobre los cuales los fanáticos desbordan sus… más emotivos sentimientos.
Entre ellos encontramos un tipo de fémina tan recurrente que hasta en la antigua religión hindú ha aparecido, estoy hablando de aquellas mujeres que tienen la piel de un brillante color azul.
A veces, su tono nos hace pensar en el cielo, por lo que gran parte de estas mujeres azules están asociadas a lo sobrenatural. Encabezando la lista están Kali, la salvaje diosa madre, y la ficticia Diamante Azul, pacifica diosa del universo de Steven Universe.
En otras ocasiones, el índigo de su piel lleva nuestro pensamiento al mar, al profundo color de sus aguas, y entonces recordamos a personajes como la traviesa princesa acuática Ruto, aparecida en Legend of Zelda: Ocarina of Time, o viene a nuestra memoria Namorita, hija de una humana y un habitante de la Atlántida según se cuenta en las paginas de varios títulos de los cómics de Marvel.
Otras deben su color al origen helado de su genérica, como las chans y thaans, los sexos femeninos de la civilización andoriana, una de las culturas más interesantes aparecidas en la larga saga Star Trek, o la Lunatak Shila de poderes congelantes, enemiga de los Thundercats
Todas estas mujeres azules son poderosas, sensuales y temibles, cuasi divinas, ya que con mucha frecuencia les acompañada un halo de paz y sabiduría inhumana, como se puede notar cuando se para en el escenario Diva, la cantante alienígena aparecida en el film El Quinto Elemento (Luc Besson), o cuando toma el microfono Stella, la vocalista de la banda musical de gamilas* en Interestella 5555, la obra animada de Daft Punk, o en los ángeles guía Vados, Kus, Marcaritay Martinu acompañantes de algunos de los dioses de la destrucción en Dragon Ball Super.
Por supuesto, no han faltado las guerreras imparables entre las que podemos resaltar algunas como la general twi’lek Aayla Secura perteneciente a los caballeros Jedi, o a la maquiavelica y siempre sensual mutante metamórfica Mystique, o a la asesina caza recompensas Curare, aparecida (y desaparecida) en Batman Beyond, o la princesa del clan Omatikaya, Neytiri Dis’kahan Mo’at’itey de la galardonada Avatar, o la atormentada Lapislázuli gema que también acompañó en su recorrido al joven Steven Universe.
Y claro, no podían faltar aquellas que han sido asociadas al color azul por simple estética, como las bonitas centauro que aparecen en el fragmento de la Sinfonía Pastoral de Ludwing van Beethoven de la película de 1940 Fantasía, de Walt Disney Pictures, o todas las mujeres desnudas retratadas por Picasso durante su periodo azul.
En un antiguo documento, conocido por muchos (probablemente también olvidado) está la receta para la creación de una mujer azul ** que cito a continuación:
Necesitamos una bola mediana de plastilina azul mágica, una pizca de azúcar y miel, un poco de hiel, un dedal de lágrimas de cocodrilo, medio mazo de cartas, un poco de arena volcánica y una piedra petrificada para el corazón.
Todos estos ingredientes se unen en un perol mediano y, revolviendo un poco, obtendremos una bella mujer azul de cabellos negros; pero, si no nos agrada el carácter maquiavélico de la mujer, deben incluirse en la receta, vapores de Venus, rayos de luna en su sien y esencia de pitufresas, para que salga bien.
Tras incluir lo anterior en la masa deben darse unos pases mágicos, lo que dará como resultado una bella mujer de buen corazón y brillantes cabellos dorados.
Hay que tomar en cuenta que la receta rinde únicamente para una mujer azul de tres manzanas de alto, para incrementar el tamaño debe consultar a su malvado alquimista medieval de cabecera.
Una opción alterna a esta receta y, aunque no lo parezca, más realista, sería hacer un viaje a los Apalaches norteamericanos y allí buscar alguna de esas legendarias chicas que tienen corriendo por su sangre niveles anómalos de metahemoglobina, siguiendo el recorrido que hiciera el francés Martin Fugate en 1820.
Por supuesto no hay que olvidar que éstas feminas de color garzo tienen dedicado el triste poema Mujer Azul, de autor anónimo:
Mujer de oscuro nombre atomizado:
Tus ojos fríos van
contorneando tactos y pensamientos;
Erudita del olvido,
cesto humano de fluídos.
Enferma de silencio opaco, de estrellas apagadas,
De luz encorvada, de flores caducas.
Ya llenas tu mísera sonrisa ahora
Y tus míseros pasos con amor que ya no ama.
Y tus ojos fríos se siembran de deseos sin besos,
De crepúsculos solos,
de esperanzas sin sueños.
Y yo… y yo (desilusionado):
Con tus manos sombrías en las mías,
Mujer azul, aún he de estar en tu noviembre.
Todas las damas aquí recordadas, y aquellas que no traje a su memoria, han de ser honradas por el sobrenatural color su de tersa piel, raro fetiche.
*Raza extraterrestre creada por Leiji Matsumoto, en quienes están inspirados los personajes de la historia de los videos que componen Interestella 5555.
** Es la receta para crear a Pitufina, por si son de los que olvidaron de dónde sale la receta.