Cada 10 años, un montón de idiotas salen de las cuevas en las que viven para recordarnos que “mmm, realmente la década termina hasta el próximo año porque no existe el año cero”. Cada 10 años creen que están revelando el mayor secreto mejor escondido y que la Academia de Suecia les entregará un Premio Nobel por algo que aparece hasta en los cómics.
LA AUTORIDAD DE LA DÉCADA
En The Authority #12, el último capítulo de la serie que realizó el equipo creativo de Warren Ellis y Bryan Hitch, el Espíritu del Siglo XX, Jenny Sparks, muere en plena medianoche del 31 de diciembre de 1999, como un Fantasma de la Navidad cualquiera.
Antes de que Sparks deje de existir, Swift le dice que no tiene por qué morir todavía porque el siglo no termina hasta el final del año 2000, a lo que Jenny le responde que no, que ella debe morir en ese momento porque “fue un siglo de ignorantes”.
Tras escribir algo así, Ellis se levanta muy orgulloso de sí mismo y se va a escribir Castlevania para decirnos que LA IGLESIA CATÓLICA ES MALA, LA RELIGION ES MALA, ¿ME CAPTAN?, MALA, MALA, MALA, de forma sutil claro.
No seré yo quien defienda la inteligencia de la humanidad, pero este mame siempre me ha parecido el colmo del “ateísmo enojado”. Incluso cuando yo era partícipe de esa corriente de pensamiento e iba por la vida saltando alegremente porque “yo no creo en cosas paranormales, YO CREO EN LA CIENCIA”, incluso en esa oscura noche de mi alma, estos señalamientos se me hacían ultra pedorros. Sí, ni en mi peor momento he entendido por qué creen que es “inteligente” decir que las décadas acaban hasta el año 1 correspondiente.
DE DIEZ EN DIEZ
De entrada “década” no es más que un grupo de 10 años: De 1985 a 1995 son diez años, y dado que NOMBRAMOS las décadas según un decenio, ejemplo, los 20, los 30 y así, no hay nada incorrecto en contar “los 2000” del año 2000 al 2009, ¿hay diez años ahí? Pues es una década y te callas.
“Pero Enano, ES QUE EL AÑO 0 NO EXISTIÓ, LUEGO ENTONCES NO SE PUEDE CONTAR ASÍ PORQUE LA PRIMERA DÉCADA TERMINÓ EN EL AÑO 10”.
Sí mira, ¿cómo te explico?, No hubo año cero… ni uno, ni, dos, ni tres. Por ahí del año 1500 y pico, un tal Gregorio, de oficio Papa, puso el año 1 donde se le dio la gana. Es un sistema completamente arbitrario.
Pero ok, ok, no es del todo incorrecto señalar eso del “año cero”, después de todo si cuentas en una recta numérica, en efecto celebramos LA LLEGADA/INICIO del año 2000 cuando TERMINA 1999… Esto es, si viajaramos al punto cero, el “nacimiento de Jesús”, celebraríamos ahí EL AÑO 1, o LA LLEGADA DEL AÑO 1… lo cual sería muy pinche raro ¿verdad? Generalmente celebramos los cumpleaños cuando el año ya acabó, nadie celebra “el año 2” cuando el niño tiene un año de nacido.
‘Tons es cosa namás de verlo como que celebraremos EL FIN del año 2020 este 31 de diciembre y ya, celebraron la década. Aunque yo prefiero la idea de que NOMBRAMOS las décadas, por lo tanto, está muy idiota que incluyamos el 2020 en la década de los nuevos 10.
Pero al final todo esto no es más que una arbitrariedad. Otras culturas, como los chinos que celebran el año 4717 o los judíos que van 5778 y nadie les dice nada. Pero así es esto de las fechas, no son más que etiquetas subjetivas que nos inventamos para llevar registro. Al final del día no hay ningún cambio REAL de una década a otra, mucho menos de un año a otro, es tan sólo un giro más de la Tierra alrededor del Sol, como diría Neil DeGrasse Tyson mientras intenta acosar a alguna de sus compañeras de trabajo en la fiesta de fin de año.
Pero nos gusten o no, el registro del tiempo genera esa sensación de introspección para recordar qué ha pasado, qué fue lo mejor del año, de la década, y así.

LA NOSTALGIA DE FIN DE MILENIO
A nosotros los millenial nos tocó vivir algo que sólo a un puñado de generaciones les toca: El cambio de milenio.
Hace 20 años no sólo pasamos de un año a otro, de una década a otra y de un siglo a otro, no, también pasamos de un milenio a otro. Y ¡oh boy! el zeigeist estaba bien clavado en eso. Si alguna vez rewatchan series y películas noventeras y captan un mood que mezcla una regresión a lo paranormal con proyecciones sci-fi… ese era el mood del último año del milenio.
El fin de la Era de Acuario, el fin de la historia, un momento en el que Estados Unidos nos bombardeaba con que no había nada peor que tener un departamento con muebles de Ikea y olvidar lo que es “the real struggle”. El resto del mundo deseaba poder vivir una vida donde tu mayor preocupación es no sentirte manly enough, pero, ¿cuándo le ha interesado a EUA lo que sufra el resto del mundo?
Por otro lado, también se hicieron presentes los miedos “mileniaristas” que aparecen cada que un calendario se acerca al milenio y que occidente ya había conocido cuando el calendario juliano (de mi general y tocayo Don Julio El César) se acercaba al año mil (aunque ellos no tenían tan claro cuando caía ese año mil), una época que vio el renacer de movimientos heréticos dentro de la cristiandad.
La modernidad no evitó que en este segundo mileniarismo (aunque el primer mileniarismo cayó muy lejos de donde ahora ponemos el año mil, porque, then again, es completamente subjetivo este rollo), y vimos renacer sectas, entre ellas algunas bastante gruesas como la de La Puerta del Cielo y su suicidio masivo.
También se integró un nuevo folklore: Los aliens. Oh my sweet summer child, no tienen ni idea de lo en boga que estaba el movimiento alien, y rumbo al 99 hasta Mausan ya lo estaba mezclando con cosas hippie new age como la Era de Acuario.
Ah, y el virus YK2, porque como les digo, no por tener tecnología dejamos de ser los cavernícolas que se inventan cuentos para tratar de darle lógica al mundo que no entienden.

YE DOS KA
Durante los últimos años del siglo pasado había el miedo de que las computadoras no lograran entender el cambio de fecha y se revirtieran a cero, causando caos, pánico y destrucción. Aunque al final del día fue un temor infundado, he visto por ahí explicaciones que dicen que no fue tan infundado, simplemente se “parchó” el problema… pero el problema sigue ahí, las computadoras se van a topar con otro momento de ese tipo por ahí del año 2070 o algo así.
Lo más gracioso de todo es que al final del día no siento que el mundo haya cambiado tanto. Al contrario, siento que muchos de los pronósticos de “grandes cambios” fueron enormemente exagerados.
El internet, la herramienta más disruptiva de nuestra era, y nuestra capacidad de acceder a ella desde dispositivos EN NUESTROS PANTALONES, aún no ha generado un cambio TAN DRÁSTICO, por más que sentimos que el mundo ha dado un salto estos últimos 20 años.
Los libros físicos siguen existiendo, la industria de la música sigue existiendo, el cine sigue existiendo, los periódicos, la radio, la modernidad parece ser la misma que hace 20 años, que hace 100 años.
¿Las Fake News? Siempre hemos sido así de crédulos, los medios oficiales estaban llenos de desinformación. La diferencia es que ahora podemos darnos cuenta (los que quieren darse cuenta) mientras que antes un dato ficticio podía pasar DÉCADAS antes de ser corregido, como el mito de que la Muralla China puede verse desde el espacio.

En fin, que llegó la hora de comer bacalao e intentar tragar doce uvas en menos de un minuto sin atragantarme, cosa que nunca he logrado, pero algún día lograré.
¿Qué tal eso como propósito de fin de año?