En el verano de 2013 tuve mi primer encuentro con la colección de Guillermo del Toro. En el Previews de Diamond venía la opción de pedir la primera edición del libro “Guillermo del Toro Cabinet of Curiosities: My Notebooks, Collections, and Other Obsessions”, que prometía echar un vistazo a la mente de este genio y cómo hace funcionar las cosas. Obviamente no me quedé con las ganas y lo pedí inmediatamente.
Fueron largos tres meses antes de que llegara a mis manos pero una vez que lo hizo, fue simplemente glorioso (además coincidió con mi cumpleaños 25).
El libro está dividido por etapas de la creación de Guillermo desde sus primeros cortos hasta su (entonces) más reciente producción, Pacific Rim, así como proyectos inconclusos como su supuesta adaptación de At the Mountains of Madness (que todavía podría hacerse, no perdamos la esperanza), pero lo mejor de todo es que contenía fotos de Bleak House, la guarida/estudio de Guillermo dónde resguarda su colección.
LA HORA MARCADA
A partir de ese momento, todos los medios imaginables quisieron conocer Bleak House. Sitios web, noticieros, incluso Andy Richter como parte del Team Coco fue a un recorrido con el mismo Guillermo, esto lo “orilló” a compartir su colección con el mundo. Así nació At Home with Monsters.
Tardó tres años en concretarse, pero la espera lo valió, piezas únicas de sus películas, originales de artistas de todo el mundo y diferentes épocas, pero sobre todo el acomodo de las piezas era algo que nos daba un vistazo más íntimo a la vida de Guillermo.
EN CASA
Pasaron dos años y, en el marco del FICG 2018, justo en las celebraciones de sus dos Oscars por La Forma del Agua, del Toro anunció que en 2019 la exhibición finalmente alcanzaría tierras mexicanas.
Primero sería puesta en su natal Guadalajara, con una visita a CDMX después. Lamentablemente la temporada de incendios primaverales en Los Ángeles retrasó la logística de montaje un mes, de igual manera Guillermo aprovechó el tiempo de inventario para anunciar que la exhibición llegaría a Guadalajara y sería la última vez que las piezas saldrían de Bleak House.
La preparación del MUSA (Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara) fue exhaustiva, no escatimaron recursos, materiales ni humanos, para darle la bienvenida a la colección del hijo predilecto de Guadalajara, y durante casi dos meses estuvieron preparando el recinto completo.
A un lado del edificio del museo comenzó la construcción de una estructura grandísima que nadie sabía para qué sería utilizada, muchos especulaban que sería una reproducción en miniatura de Bleak House para albergar las piezas, pero nadie lo sabía con certeza. Finalmente esta estructura acabó siendo un “lobby” con terraza, con café y tienda de regalos para que los visitantes esperaran pacientemente su ingreso.
MIS MONSTRUOS
Pero bueno, vamos a lo interesante: ¿cómo es el recorrido?:
Todos los boletos tienen una hora de acceso, te dejan entrar al lobby con una hora de anticipación y hasta diez minutos antes de que tu recorrido comience. Se dividen por grupos con pulseras de colores, una vez dentro debes estar atento a las pantallas que tiene el lugar pues ahí se anuncia qué grupo y qué color está por entrar, dependiendo del horario.
La emoción te invade desde que entras, el acomodo de varios cuadros con reproducciones del arte de Guy Davis para el libro original de At Home with Monsters está distribuido por las paredes, aquí inicia la experiencia. Adornando el techo de esta sala de espera puedes ver dos especies de candiles hechos con acrílicos que tienen la forma de las manos del hombre pálido del Laberinto del Fauno.
La tienda de regalos ofrece lo clásico disponible en este tipo de lugares: playeras, vasos, tazas, termos, bolsas, posters, llaveros, pines e incluso el Funko Pop! del director, quizá lo único malo es que la mercancía se siente muy limitada, casi todo tiene la mano del hombre pálido, el retrato de Guillermo o un Kaiju de juguete que adorna los interiores del libro, pudiendo explotar un poco más los temas utilizados en ella. Sin embargo todo es de gran calidad, con precios muy variados.
Una cosa muy importante que debes saber es que no se permite la entrada a la exhibición con alguna pieza de mercancía por lo que tendrás que regresar al área de lockers para poder guardarla.
Ahora viene la parte del recorrido. Cuando llega el color de tu brazalete a las pantallas tienes que acercarte a unos postes con cordón, como los de los bancos, dónde te entregan un mapa y juntan a tu grupo completo. Los grupos son de máximo 25 personas para poder garantizar una mejor experiencia a los visitantes, si el color de tu brazalete ya alcanzó sus 25 personas y tú no conseguiste lugar no te preocupes, se hace otro grupo en cuanto avanza el primero, hay salidas cada 5 minutos aproximadamente.
Una vez dentro te espera un guía, que te acompañará todo el recorrido, quien te da las instrucciones de cómo será el paseo. Aquí va el segundo punto a mejorar que encontré: centran todo en la filmografía de Guillermo, y para la gente que no conoce sobre todo lo demás que se encuentra en la sala se pierde el detalle de piezas fantásticas como celdas de animación originales de La Bella Durmiente, dibujos de Basil Wolverton, Mike Mignola, Geoff Darrow, Eddie Campbell, Will Eisner y Richard Corben entre muchos.
Pero es quizá este mismo el fuerte de toda la exhibición, la guía no es forzosa, puedes recorrer los cuartos a tu paso mientras no te alejes de tu grupo y es así que puedes descubrir obras hermosas de Julio Ruelas, José Guadalupe Posada, Basil Gogos, manúscritos medievales sobre aflicciones diversas y descripciones del infierno, piezas que poco a poco van armando el mecanismo que conforma la mente de Del Toro.
No quiero contarles más porque sería arruinarles sorpresas bastante gratas.
En casi dos horas y media de recorrido y nueve salas (la última hecha y curada especialmente para su exhibición en México) podemos conocer mucho más detrás de la vida e inspiración de Del Toro.
Quizá el punto más débil de toda la exhibición son sus guías, quienes parecen sumamente nerviosos a ratos y como si se hubieran forzado a aprenderse los textos durante otros, sin embargo su esfuerzo se aprecia pues, para la gente que no está familiarizada con las influencias del tapatío, son una gran base para comenzar en este mundo.
Acabas el recorrido con una sonrisa en la cara, quizá algunas lágrimas en los ojos pero sobre todo con la satisfacción de haber visto algo único en su tipo, y que tal vez nunca más podremos ver en nuestro país.
Si tienen la oportunidad hagan el viaje, no se van a arrepentir.